“Perdón por haberte negado la vida, por no darte la oportunidad de vivir. Quiero que sepas que lo hice, no porque no te amara; la verdad ya no sé por qué lo hice. Creo que tuve miedo a enfrentar la realidad, o tal vez fue cobardía de no defender lo que sentía. Yo siempre te quise, mi error fue dejar que decidieran por mí y dejarme llevar por el "qué dirán". En un momento sentí que si te tenía no iba a progresar, que se me iban a estancar mis metas y que además se me acabaría la vida. Lo que no sabía era que mi vida recién empezaba, porque mi vida iba a venir con la tuya. Mi vida es y siempre serás VOS! Estoy tan arrepentida que si pudiera pedir un deseo, pediría que volvieras a mí. Tengo tantas ganas de abrazarte y saber a quién te parecerías, qué cosas te gustarían y qué no, saber todo de vos ... Estás en cada latido de mi corazón, en cada paso, en cada suspiro, en cada canción; te llevo siempre conmigo.
Te ama, tu mamá por siempre".
— María (carta a su bebé no nacido)